viernes, 15 de noviembre de 2013

LA REALIDAD

Las teclas del portátil que estoy tocando, la pantalla que veo, el olor a bizcocho que huelo y los ladridos que estoy escuchando ¿Son reales? Según Platón, la realidad esta compuesta por dos mundos, uno fenoménico y el otro de las ideas. 
El fenoménico está formado por objetos materiales y por ello está en continuo cambio, es imperfecto, son inmateriales y  se llega a él a través de los órganos de los sentidos y el de las ideas está compuesto por las ideas, imágen mental de un objeto más las experiencias que se hayan vivido con él, caracterizadas por ser objeto de conocimiento,  universales e inmateriales y por lo tanto son perfectas , estáticas y llegamos a ellas a través de la razón.
Yo, sinceramente, creo que solo existe un mundo y  es más sencillo que lo que creemos. Yo acepto los problemas que nos plantea el mundo fenoménico sobre los sentidos, reconozco que nuestros sentidos modifican la realidad ya que a veces vemos cosas que no son, por ejemplo: 



Pero al fijarnos bien nos damos cuenta de cuál es la realidad, en el primer ejemplo, nos encontramos ante dos personas sentadas, una tocando la guitarra o dos caras de personas mayores y la otra foto, nos percatamos que es un plano . Aunque al principio hayamos caido en la trampa de nuestro ojo, sabemos la realidad. No creo que haya un mundo de las ideas, nada es perfecto, ni siquiera la naturaleza.
La realidad es una y es la que sentimos y experimentamos. Todo el mundo la transforma en la suya propia pero aun así es el mismo mundo, uno que es imperfecto y que cambia a nuestra merced y no por él solo. 

El mundo real es un planeta llamado Tierra, que se encuentra en la vía láctea y que está también en el universo, nadie sabe que longitud tiene este pero no podemos concluir que exista algo inmaterial como Dios o un alma porque todo esta formado de átomos y si se producen cambios, por ejemplo, en la temperatura, en las presiones... cambia todo, pero ese todo está dentro del mismo mundo real y está compuesto de  átomos.
Si a un metal le proporcionas calor, se derrite y si a nosotros nos suministran calor, nos quemamos, somos casi iguales.

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